El Colegio San Francisco Javier quiere reiterar que SIEMPRE ha cumplido con la ley de escolarización y ha aceptado las decisiones de ella derivadas LE BENEFICIASEN O LE PERJUDICASEN, al entender que la ley es igual para todos, y las autoridades educativas velan por esa igualdad y por el mejor uso de los recursos públicos para una educación de calidad.
En el caso de cuatro familias cuyos hijos o hijas no tienen cabida en el colegio público y serían derivados a este colegio, sostenido con fondos públicos, el Colegio San Francisco Javier nunca ha querido entrar en la polémica, al entender que se trata de una cuestión regulada por ley y donde son las autoridades de la Consejería de Educación y Empleo las que deben aplicar lo que en justicia se contemple, buscando siempre lo mejor para los niños y niñas, por encima de intereses particulares, que nunca deben ser argumento.
Sin embargo, y pese a que nos hemos querido mantener al margen, no tenemos más remedio que salir a contestar a algunas apreciaciones recogidas en un escrito de los padres y madres que quieren escolarizar a sus hijos en primero de Infantil el próximo curso, por cuanto se lanzan dudas e insinuaciones hacia este centro cuyo objetivo no alcanzamos a entender.
1-El Colegio San Francisco Javier es una entidad de economía social (sociedad limitada laboral), y el nivel del que se está hablando es concertado, es decir, sostenido con fondos públicos.
2-Se dice que los gastos ‘no son los mismos’ aludiendo al tema de los ‘uniformes obligatorios’. Tal cosa es UNA FALSEDAD: en Educación Infantil no se obliga a llevar uniforme alguno. Es más se facilitaba a los escolares DE MANERA GRATUITA un chándal. El resto de ‘gastos adicionales’ no se menciona, seguramente porque no existen
3-Se dice que los servicios que ofrece este colegio ‘no son los mismos’. Es difícil entender a qué se refieren, puesto que en el San Francisco Javier hay dotación suficiente de profesorado (se cuenta incluso con personal especializado en AUDICIÓN Y LENGUAJE Y EN PEDAGOGÍA TERAPÉUTICA), aulas perfectamente equipadas, gimnasio-sala de actividades, parque de juegos, zona de recreo cubierta para cuando llueve o hace mucho calor, servicio de cambio de pañales o ropa en caso necesario… ¿Qué servicios echan de menos exactamente?
4-Sobre los ataques a la delegada de Educación, no vamos a comentar nada, pues suponemos que será la señora Álvarez Cortés o la propia Consejería la que dé cumplida respuesta. Sí apuntaremos que NO ES CIERTO que ‘el único motivo por el que el que no se admiten los niños es porque nos obligan a apoyar un negocio’. Eso no es así, la derivación hacia otro centro sostenido con fondos públicos es por NO SOBREPASAR LA RATIO DE 25 ESCOLARES POR UNIDAD con el único afán de mantener una EDUCACIÓN DE CALIDAD y una atención individualizada, cuestiones ambas que, sorprendentemente, parecen haber quedado fuera de todo este debate.
5-Finalmente, indicar que cuando la situación fue la inversa (exceso de preinscripciones en niveles concertados del Colegio San Francisco Javier) se derivó a escolares a los centros públicos y este Colegio lo acató sin levantar la voz. Porque la ley es igual para todos y el Estado de Derecho consiste en el respeto a la ley, cuando te venga bien y cuando no también.
Finalmente, solo reiterar la disposición del Colegio para quien quiera venir a conocer de primera mano qué hacemos y qué somos en esta nueva etapa y manifestar que acogeremos con los brazos abiertos a todas las personas cuya formación nos sea encomendada.
ANEXO
Tras la reunión mantenida entre las autoridades educativas y un grupo de padres, nos vemos obligados, de nuevo, a salir al paso de algunas declaraciones FALSAS realizadas por algunos de los padres.
Han apuntado que el colegio carece de aula matinal y comedor escolar, con lo que no podrían conciliar su vida laboral y familiar. ESTO ES MENTIRA, como es fácilmente comprobable. El colegio dispone de ambos servicios EN LAS MISMAS CONDICIONES que el centro público.
No alcanzamos a entender que para defender una postura se recurra a falsedades que afectan a terceros, causando un perjuicio injusto e innecesario.
