La Junta hará un nuevo centro de salud en Fuente de Cantos

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A la izquierda, ubicación planteada en su día. A la derecha, ubicación alternativa

Por fin, después de 33 años de vida, y muchas, muchísimas peticiones por parte de los profesionales que desarrollan su labor allí, la Junta de Extremadura ha decidido tomar cartas en el asunto y atender las demandas de quienes día a día deben atender en precario.

Según ha anunciado el director de Planificación Económica del Servicio Extremeño de Salud, Enrique Serrano Sandoval, en su comparecencia en la Asamblea para explicar los presupuestos de su departamento, la Consejería de Sanidad ha incluido la construcción de un nuevo centro de salud en Fuente de Cantos en las cuentas regionales de 2020.

Aunque no se han dado más detalles sobre la obra, lo cierto es que ya el próximo año empezarán los trabajos, que, en primer lugar, pasarán por la redacción del correspondiente proyecto y, como no, la elección del lugar para su ubicación.

En este último punto, recordar que en su día se habló del solar que hay entre las calles Frailes, San Blas, Fuente Nueva y Carniceros como posible lugar. Sin embargo, los profesionales sanitarios no creen que sea la ubicación adecuada, dada las dificultades para el acceso y la salida de los vehículos de emergencias, que deberían ir por una pista asfaltada hasta desembocar en un peligroso cambio de rasante de la carretera de San Isidro.

Una zona alternativa que se considera mucho mejor situada es el solar que existe frente al Coviram, en la calle Romanones. Desde ahí las ambulancias tendrían acceso casi directo a la autovía A-66.

En cualquier caso, esto está por decidir, y lo cierto es que sacar el centro de salud de su lugar actual permitiría mejorar notablemente el tráfico en la zona y disponer de instalaciones céntricas y con aparcamiento en el centro para cualquier actividad alternativa.

MUCHAS DEFICIENCIAS

Recordamos ahora las principales deficiencias marcadas por los profesionales sanitarios en el centro de salud actual, acompañadas por las fotos que ya publicamos en su día y que dan buena idea del problema:

Escrito presentado por los profesionales al SES

En este escrito se informa de que el centro tiene ya 30 años y prácticamente no ha experimentado reforma o mejora alguna, pese a que se concibió en su día como simple consultorio, con lo que los ciudadanos, en primer término, y los profesionales que allí trabajan, en segundo, sufren las consecuencias.

El escrito se acompaña con un somero relato que solo incluye las deficiencias más importantes. En primer lugar se cita la propia ubicación del centro de salud, en el centro del pueblo, con accesos estrechos y aparcamiento saturado que provoca dificultades para la entrada y salida de ambulancias y los vehículos de atención de visitas médicas, ya que en muchas ocasiones la salida está bloqueada.

En cuanto al interior, señalan que no existen salas de espera, con lo que los pacientes se encuentran hacinados en los pasillos, dificultando el paso. Además, la proximidad de las personas que esperan a la puerta de las consultas no permite mantener la necesaria confidencialidad médico-paciente, ya que las conversaciones pueden ser escuchadas.

Respecto a los aseos, dan directamente al pasillo, lo que provoca la salida de malos olores, y en los del personal hay una sola ducha para ambos sexos, para acceder a la cual hay que atravesar el aseo femenino.

También la zona de sanidad veterinaria presenta graves problemas. Solo existe un pequeño despacho para los dos veterinarios, que apenas tiene espacio para archivo y que además impide la confidencialidad necesaria en casos de inspecciones. Esta zona incluye un minúsculo laboratorio donde es muy difícil preparar muestras, por ejemplo para pruebas de triquinella, en época de matanzas y monterías, poniendo en riesgo la integridad del personal ya que hay riesgo de salpicaduras y falta de condiciones para guardar material peligroso. Pero además los enchufes están pegados al fregadero, de tipo doméstico y no de laboratorio, lo que acarrea que el agua salga y moje zonas próximas a la instalación eléctrica. Tampocohay lugar para desinfectar el material de trabajo, y la falta de sitio hace que se haya ocupado parte del pasillo de la salida de emergencias para archivos y armario.

No están mucho mejor las instalaciones del servicio farmacéutico. Éste se sitúa en el despacho donde están las cajas centrales de conexiones del centro, lo que provoca un aumento de temperatura en la sala y ruido constante, y además hace que cada vez que hay un problema en la instalación los operarios de mantenimiento tengan que interrumpir el trabajo del personal que allí se encuentra. Igualmente el espacio es reducido, y no cabe la documentación y el material de trabajo, además de carecer de lavamanos.

Por lo que se refiere al servicio de urgencias, es insuficiente, carece de consulta propia de enfermería y no tiene sala de espera, lo que obliga a los ciudadanos a aguardar en un pasillo.  Además, la sala de curas (compartida con la sala de extracción de sangre) está lejos de esta zona de urgencias, dificultando la necesaria comunicación entre enfermero y médico en caso de emergencia.

Asimismo, matrona, asistente social, extracciones y aerosol-terapia comparten consultas, lo que provoca los lógicos problemas a los pacientes, que tienen que aguantar esperas mucho más prolongadas, y a los profesionales que prestan servicio. En el caso de la consulta de la matrona, además, la falta de intimidad provoca la natural incomodidad a las pacientes.

Otra consecuencia de esta situación es que no se puede instalar el ecógrafo, por lo que las usuarias han de desplazarse hasta Bienvenida para completar sus controles. Este problema se repetiría si se decidiese completar la cartera de servicios del centro, ya que, al no haber espacio, los nuevos servicios que se instalasen deberían ubicarse en otros lugares, obligando a toda la población a desplazarse.

En lo que afecta a las infraestructuras de iluminación y climatización, el panorama que pintan los profesionales del centro tampoco es muy halagüeño. Afirman que los propios servicios de seguridad laboral han manifestado que la iluminación artificial es totalmente inadecuada e insuficiente, y provoca que no se pueda explorar adecuadamente a los pacientes, además de causar fatiga visual los trabajadores. Existe incluso un despacho, teóricamente destinado a consulta, que carece de ventilación e iluminación natural. Por lo que atañe a la climatización, su obsolescencia es evidente: no es posible regularla en cada zona, de manera que en las partes del edificio más alejadas de la maquinaria o hace mucho frío o mucho calor, ya que si se regulan para esta parte, en el resto del edificio se daría una ‘sobreclimatización’.

Paredes, techos y mobiliario presentan una situación similar: deterioro creciente y en el caso de las sillas y mesas, manchas y defectos que atestiguan que en muchos casos se pusieron cuando se abrió el centro, en 1987, y ahí siguen.

Inexistencia de sala de juntas, ausencia de zona de aislamiento para casos de enfermedades contagiosas, botiquín inadecuado, almacén insuficiente, accesos no adaptados para minusválidos en la parte de urgencias, falta de aseos para los celadores pese a que a veces tienen jornadas de 24 horas o aparcamientos sin proteger para las ambulancias que hace que en verano cojan temperaturas extremas en el interior, son otras carencias denunciadas.