938 vecinos más que hartos de los pajarracos

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Hace unas semanas, un grupo de vecinos de Fuente de Cantos tomaba la iniciativa, a falta de acciones efectivas de la Administración, para recabar firmas exigiendo una solución para la plaga de estorninos que sufre la localidad.

En total, se han recogido 938 firmas, lo que supone alrededor del 40% de la población adulta de Fuente de Cantos. Con ellas como aval, estos vecinos han remitido un escrito en el que instan al Servicio Extremeño de Salud (SES), concretamente a la directora de Salud Pública, Pilar Guijarro, a tomar medidas ‘ya’ para libarles de esta maldición.

Y es que la plaga ha pasado de ser una ruidosa molesta a un problema de sanidad, según señalan. Problema que abarca desde los daños psicológicos por estar sometidos a la continua algarabía de miles de estorninos, hasta los riesgos de contraer infecciones transmitidas por las heces de las aves, pasando por la contaminación de fuentes y cursos de agua, así como del suelo, la destrucción del arbolado o el peligro que supone transitar por algunas zonas cuando caen cuatro gotas, ya que las heces acumuladas convierten el pavimento en una pista de patinaje.

Lugares tan emblemáticos como la plaza de la Constitución o el parque de Zurbarán se convierten cada atardecer y cada amanecer en paisajes de pesadilla, cuando llegan o parten miles y miles de estorninos no sin antes dejar sus ‘regalos’ en los árboles (varios han tenido que ser cortados), mobiliario urbano, tejados (bloqueando bajantes y provocando inundaciones), ropa tendida y suelo.

Ante las reclamaciones de poner en práctica medidas más drásticas que emisores de ruido (a los que las aves se acostumbran pronto y que no hacen sino añadir más molestias a los vecinos) siempre han encontrado como respuesta que se trata de aves protegidas al ser insectívoros (en realidad, son omnívoros, y devoran todo lo que hay, incluidas semillas y aceitunas por ejemplo). Pero los vecinos aseguran que la salud humana es un bien superior a proteger, y que ellos no piden que se les mate, sino que se pongan medidas, las que sea, que les libren de esta plaga.

Ahora esperan la respuesta del SES.